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¿Qué quieren nuestros clientes?, sencillamente… LO MISMO QUE TU


Pero, ¿qué es realmente lo que nosotros deseamos? Es indudable que los seres humanos necesitamos cosas, cosas como por ejemplo, el agua, la comida, la seguridad, los amigos…

Sin embargo, las elecciones que hacemos diario, están más condicionadas por lo que deseamos que por lo que necesitamos. 

Dicho de otra forma, la mayoría de nosotros, tenemos todo aquello que necesitamos para vivir pero aquello que anhelamos con más vehemencia no está motivado por nuestras necesidades reales sino simplemente por nuestros deseos.

Y nuestros 5 deseos básicos son habitualmente…

1.- Facilidad. La vida ya es lo suficientemente difícil y complicada. Cuando nos ofrecen un producto o servicio que nos facilita las cosas, nuestra respuesta es inmediata y positiva.

Podemos ir caminando a trabajar, pero, ¡quiero un coche!

Puedo hacer la cena pero, no tengo mucho tiempo y quiero cenar ya, mejor, ¡pido un pizza!

Podemos intentar racionalizarlo como una necesidad pero, la verdad es que no lo es, son simplemente cosas que nos hacen la vida más fácil.

2.- Comodidad física. A veces, simplemente queremos sentirnos bien. Una toalla caliente después de una ducha, una manta sobre las piernas viendo la tele…

En realidad, el cuerpo humano es perfectamente capaz de manejarse bien en situaciones ambientales difíciles pero, la comodidad física se manifiesta como una necesidad de complacernos.

Un ejemplo muy claro, un hotel que destaca el confort de sus camas…dormir, dormir, podemos dormir en cualquier sitio pero… ¿es que no nos merecemos sentirnos cómodos?. El hotel, al promover el bienestar físico aprovecha la idea de recompensa que todos tenemos de forma subconsciente y que nos dice: “me lo merezco después de un duro día de trabajo”

3.- Estímulo mental. El cerebro es un órgano maravilloso que se alimenta de entretenimientos diversos como: cine, exposiciones, cultura, juegos y un sinnúmero de de horas de tele, pero…¿en realidad buscamos alimentar nuestro cerebro?, pues no, simplemente lo que deseamos es algo que rompa la monotonía de nuestra existencia, los días y días aburridos y rutinarios.

Cuando asociamos estímulos mentales con necesidades, lo que realmente estamos diciendo es que estamos aburridos y queremos algo, cualquier cosa que nos divierta.

4.- Refuerzo de la identidad propia. ¿por qué te gusta la ropa que te pones? ¿por qué conduces ese coche? ¿por qué llevas ese smartphone?. 

Está claro que alguna ropa tienes que llevar y que algún coche tienes que conducir pero lo que realmente buscamos con nuestras elecciones es reforzar la imagen que tenemos de nosotros mismos.

Fíjate en cómo nos venden la moda, los automóviles o los productos “verdes”, todos explotan la idea de la imagen que queremos proyectar de nosotros mismos, son un símbolo de estatus, una declaración de identidad, de lo que somos.

¿Eres un atleta?, bueno, NIKE lo usan los mejores. ¿Eres rico?, entonces “necesitas” un Mercedes. ¿Eres CEO de una compañía tecnológica puntera?, esta es la sudadera perfecta para ti. 

La forma en que percibimos nuestra identidad es tan potente que nos compramos los productos que creemos que están acordes con ella incluso aún cuando la realidad sea totalmente diferente.

5.- Reconocimiento social. Necesitamos de forma desesperada que los demás perciban nuestra imagen de la misma forma en la que nosotros la sentimos, nuestra propia percepción se basa en gran medida en cómo nos ven los demás y… gastaremos un montón de dinero, de tiempo y de recursos en conseguir este reconocimiento.

En resumen: “Olvida lo que necesito y véndeme lo que quiero”

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