Fallece Doug Engelbart. ¿Sabes quién era?, pues trabajas a diario con su invento
Dourg Engelbart, fue el inventor del ratón. Perteneció a esa generación de frikis que salieron de la Segunda Guerra Mundial obsesionados por la electrónica que la guerra tanto había estimulado.
Dieron rienda suelta a sus ideas en laboratorios de universidad, garajes y talleres construyendo el mundo moderno entre soldaduras, interruptores, tableros y condensadores.
En 1968 dio a conocer su idea y la patentó en 1970, en 1987, fecha en la que caducó su patente, la idea se hizo de dominio público aunque en aquel momento casi no había ratones. Hubo que esperar a la llegada de Apple con su interfaz de “pinchar y clicar” para que su invento fuera.
Desde entonces se han vendido más de mil millones de ratones sin que el haya recibido ni un solo céntimo por su idea.
El ratón nos resulta ahora tan normal, tan útil y tan de todos los días que es fácil olvidar la sutileza de la idea que se esconde detrás de algo tan “lógico”.
Engelbart comenzó a trabajar con las computadoras en los años cincuenta y la idea del ratón le surgió cuando estaba trabajando en realidad en la idea de una pantalla de visualización como las del radar con el que había trabajado en la Marina de los EE.UU. durante la segunda Guerra Mundial, necesitaba una manera sencilla de poder seleccionar partes de esa pantalla y marcarlas y así surgió el ratón. Inicialmente eran sólo dos ruedas debajo de un pequeño casco que rodaban a medida que se avanzaba a izquierda o derecha o de arriba abajo, era la forma más intuitiva de hacerlo y le llamo “mouse” porque su forma le recordaba a un ratón.
Pero el sueño de Engelbart era más grande, quería mejorar la manera de pensar de los seres humanos para reforzar nuestra inteligencia colectiva. Podemos pensar mejor si podemos compartir mejor la información, razonó, y con esta idea participó en la creación de las primeras redes de ordenadores, incluyendo el Sistema on-line y Arpanet, considerado el nacimiento de internet.
Tal vez injustamente, sin embargo, su nombre ha quedado asociado al del “ratón”. Ha muerto además coincidiendo con la decadencia de su propio invento después de décadas de dominación indiscutible, las pantallas táctiles dejarán sin duda obsoleto su genial invento.
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