Veamos las similitudes y analicemos las distintas tareas:

• Poner nombre a nuestra tienda. Lo primero que tenemos que hacer es elegir un buen nombre, que atraiga a los clientes y que lo recuerden con facilidad.
• Situar y diseñar la tienda. Al igual que en una tienda de barrio, debemos seleccionar la mejor ubicación con una buena relación coste-facturación, en internet debemos elegir en función de nuesto presupuesto qué tipo de servidor vamos a utilizar y qué grado de desarrollo necesita nuestra tienda.
• Seleccionar el catálogo. Al igual que en una tienda física, en la venta por internet, debemos analizar con nuestros distribuidores que productos van a lanzarse la próxima temporada y cuáles de ellos incorporar a nuestro catálogo.
• Colocarlos en el escaparate. En nuestra tienda virtual tendremos que elegir qué elementos captarán la atención de nuestros usuarios y por ello las situaremos en nuestra página inicial, y qué productos solamente estarán disponibles cuando el cliente los busque activamente.
• Añadir precios. Debemos fijar para cada producto de la tienda un precio competitivo que atraiga a los clientes y que mantenga nuestros márgenes
• Orientar al cliente. Al igual que un cliente solicita un dependiente que le de información acerca de un determinado producto, nuestras descripciones de artículos deben ofrecer todas las respuestas a las consultas que le pudieran surgir al cliente, con especial atención a detalles como colores, tallas etc, poniendo siempre s su disposición la mayor cantidad de fotografías y descripciones posibles.
• Recoger un pedido. En caso de que en ese momento no tengamos stock sobre un determinado producto, debemos ofrecernos a gestionar su pedido para entregárselo en cuanto esté disponible.
• Cobrarle. En este punto debemos ser especialmente flexibles, aceptando la mayor cantidad posible de medios de pago pero estableciendo siempre medidas de control del fraude.
• La entrega. Este punto es claramente diferencial con respecto a una tienda tradicional. En el caso de una tienda online todos o casi todos nuestros pedidos se entregarán por transporte, por lo que es fundamental fijar los costes y llegar a buenos acuerdos comerciales, también será muy importante comprobar la calidad del servicio.
• Atención al cliente. En uns tienda de barrio, los clientes conocen a los dependientes, charlan con ellos y saben que están a su disposición para cualquier cosa que precisen. En una tienda virtual, debe de ser exactamente igual. Debemos establecer un sistema de gestión de consultas para nuestros cliente y ofrecer unas garantías que minimicen los problemas que puedan surgir.
• Captación de clientes. Al igual que una tienda tradicional utiliza la publicidad para llamar la atención a sus posibles compradores, una tienda virtual debe de utilizar todos los medios a su alcance para hacer crecer sus ventas.
• Fidelización de clientes. Debemos, al igual que en una tienda tradicional, utilizar todo tipo de sistemas para hacer que nuestros clientes vuelvan. Funcionan muy bien, los clubs de fidelización, promociones específicas etc.

Como podemos ver, vender en internet es muy similar a vender a través de una tienda tradicional, simplemente cambian las herramientas a utilizar.