El diseño gráfico y el color. ¿Por qué varían los colores?
¿Por qué la misma imagen se ve distinta en distintos monitores? ¿O entre un monitor y el resultado final una vez impreso?
Este es uno de los retos a los que nos enfrentamos los diseñadores gráficos todos los días
Hay muchos motivos que influyen en estas diferencias pero para empezar a entenderlo, hay que tener en cuenta un par de conceptos básicos que están en el origen de este problema: la saturación y la gama.
Saturación.
Es un valor cromático que viene determinado por la pureza del color, cada color tiene un determinado valor cromático. Los pigmentos que dan color a las tintas de impresión y los fósforos que producen el color en los monitores, son muy difíciles de conseguir en estado puro; dependiendo de su pureza, tienen un valor de saturación u otro.
La Gama.
Es el rango de colores que un dispositivo es capaz de reproducir. Cuanto más grande sea la gama de un dispositivo, mayor número de colores podrá reproducir.
Aunque hay más, básicamente podemos considerar que disponemos de dos espacios de color distintos: RGB y CMYK.
El espacio RBG, es el método aditivo y se basa en los colores de la luz (rojo, verde y azul), es el que utilizan todos los monitores. El espacio CMYK, es el método sustractivo que reproduce los colores en base a los primarios: cyan, magenta y amarillo; la K corresponde al negro y se añade porque aunque en teoría la suma de los 3 colores (cyan, magenta y amarillo) debería de producir un negro puro, lo cierto es que no es así. El sistema CMYK es el que se utiliza para reproducir los colores en imprenta.
Los colores que por su saturación quedan fuera del rango de reproducción de un dispositivo, se dice que “están fuera de gama” y son irreproducibles por ese dispositivo
Cuando generamos un documento en una aplicación gráfica, como por ejemplo Photshop, Illustrator o Indesign, dependiendo de si lo definimos en RGB o en CMYK, le estamos asignando valores diferentes y que son dependientes del dispositivo de reproducción. Si nuestro trabajo se va a visualizar sólo en monitores, la definición correcta es RGB pero si nuestro trabajo se va a reproducir en imprenta, tenemos que definirlo como CMYK.
En la reproducción en imprenta hay dos factores fundamentales, aunque no los únicos, que influyen en el resultado final: la tinta y el papel. Ambos afectan a la saturación del color, la tinta, como ya hemos dicho antes, por la pureza de sus pigmentos, el papel por su nivel de blancura y capacidad de absorción, por ejemplo, los papeles mate o brillo, tienen un diferente grado de absorción de la tinta y el resultado final será diferente dependiendo del tipo de papel en el que se imprima.
En el caso de los monitores, el problema pasa también por la gama aunque en este caso, no se trata de tintas ni de papeles, sino de fósforos. Los fósforos de los monitores son los que generan las luces rojas, verdes y azul en la superficie de la pantalla, se trata de una compleja mezcla de minerales que al igual que las tintas, es difícil de conseguir en estado puro.
Pongamos un par de ejemplos prácticos que seguro que todos habéis experimentado:
Imprime 2 cuadrados de cyan al 100% en 2 impresoras distintas pero con el mismo papel, el resultado sin duda serán 2 cyanes distintos. Ahora imprime los mismos cuadrados de cyan en dos impresoras iguales pero con dos tipos de papel distintos, nuevamente el resultado será distinto. El mismo resultado obtendremos si utilizamos máquinas de imprimir con distintos pigmentos o distintos tipos de papel.
La otra prueba, es la que afecta a las variaciones en los monitores y no tenéis más que poneros frente a un panel de monitores en cualquier centro comercial. Todos transmiten el mismo canal, reciben la misma señal, sin embargo los colores varían de un modelo a otro, y aunque los monitores de un ordenador suelen ser dispositivos mucho más precisos que los televisores, el problema persiste.
Estos motivos no son los únicos que generan diferencias de color pero si que son los principales. Cada dispositivo, incluso si hablamos de la misma marca y modelo, puede ser distinto del otro. Esto es aplicable a monitores, impresoras, prensas, scaneres y cámaras digitales.
¿Existe alguna solución?, pues la verdad es que aunque compleja, si que existe y se llama: Gestión de color y concordancia de color. Esta es una compleja técnica que consiste en calibrar todos los dispositivos utilizados de forma que exista la mayor concordancia posible entre unos y otros. En el caso de la imprenta, la solución pasa porque los monitores “simulen” el resultado final una vez impreso.